La Inteligencia Emocional

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Habilidades de Comunicación

Publicado por Gonzalo Hernandez |

Para conseguir una expresión eficaz se debe saber cuándo es necesario decir algo y no suponer que la gente ya sabe lo que piensas o quieres. Hay quien da por descontado que los demás ya le comprenden. Comunicar de forma directa y clara quiere decir expli< class="font25">no suponer nada. En todo momento hay que tener claro el objetivo del mensaje que se quiere transmitir y hacerlo de forma directa. De ninguna manera se debe preguntar lo que en realidad se desea afirmar. Asimismo, se debe mantener cierta congruencia entre lo que se dice y la comunicación no verbal.

Los mensajes deben ser relativamente inmediatos, después de que la situación se enfríe lo suficiente como para expresarlos. Si se inicia la comunicación bajo un alto grado de tensión, se corre el riesgo de no escoger los mensajes más apropiados. Pero si pasa demasiado tiempo, entonces el riesgo que se corre es el de exacerbar tus sentimientos o el de que se enfríe en exceso la motivación necesaria para la comunicación.

El concepto de «asertividad», como hemos visto, implica disponer de unas habilidades de comunicación adecuadas, es decir, saber utilizar unos mensajes que favorezcan mantener abierta la receptividad del interlocutor, y no mensajes cerradores y obstaculizado-res de la receptividad de los demás. Cuando tenemos que comunicar un mensaje positivo para el interlocutor, no acostumbra a haber ninguna dificultad, pues estos mensajes suelen ser bien recibidos. Pero cuando el contenido es negativo, o no directamente positivo, es importante centrarse en expresar nuestros sentimientos y no en qué son los otros, qué hacen o qué dicen. El gran abridor y facilitador es el mensaje «yo». «¡Qué bien lo has hecho!», «Tú sí has sabido entender el problema». El gran cerrador, es decir, obstaculi/ador y dilicultador de la comunicación, es el mensaje «tú». Así, no es lo mismo decir: «Tú nunca me comprendes» que: «Yo no me siento comprendido». Ejemplos de mensajes «yo» serían: «Quizá no me he explicado bien», en vez del mensaje «tú»: «Tú nunca te enteras de nada». También podemos decir: «No me lo creo», en lugar de: «Eso es mentira».

A continuación se describen dos listas. Una de obstáculos de la comunicación, cerradores de la receptividad de los otros; por tanto, debemos tenerla muy en cuenta a la hora de mejorar la comunicación. Debemos evitar los cerradores y los mensajes «tú», puesto que es una condición necesaria para el comportamiento asertivo. La otra lista es la de facilitadores y abridores que nos permiten la expresión asertiva.

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