La Inteligencia Emocional

Sitio dedicado al estudio de la inteligencia emocional. Guía para mejorar nuestra salud mental y sicológica, disminuir el estres, aumentar la felicidad y el bienestar.

7:03

Mejora del Autocontrol de la Conducta

Publicado por Gonzalo Hernandez |

Donde más tiempo y esfuerzo empleamos padres y educadores es en conseguir un mejor control de la conducta de los menores y, sin embargo, es donde peores resultados conseguimos. No es nada nuevo ni original oír quejarse a bastantes padres de que sus hijos emplean la «ley del mínimo esfuerzo» o lamentarse de su «falta de voluntad». (Por cierto, ¿dónde deberíamos buscar la voluntad que nos falta en caso de llegar a la conclusión de que no se tiene suficiente?) Con ello hacen referencia a las dificultades que tienen para conseguir que sus hijos se dediquen a hacer aquello que les requiere cierto esfuerzo y constancia. Cuando les piden que apaguen el televisor y vayan a hacer los deberes o a estudiar, suele darse una entre cuatro opciones: o bien el hijo responde: «¡Ya voy!»... y sigue sin mover un dedo, o bien ya de entrada ni contesta y sigue sin mover un dedo, o contesta que no lo hará y sigue sin mover un dedo y, por último, en una franca minoría de veces, hace lo que sus mayores le piden. (Observe el lector que aquí no entramos a analizar las diferentes expresiones de comunicación no verbal que suelen acompañar a estas respuestas, tales como miradas, gestos, volumen de voz, etc.)

Para ayudar al menor a mejorar el autocontrol de su conducta es conveniente recordar y tener presentes los cuatro aspectos que dificultan su mejora, descritos en el primer Articulo, pues nos dan la clave para poder ayudarles. Se debe enseñar al niño a diferenciar el sentimiento de satisfacción, a considerar su importancia, pues él también desea sentirse así, por encima de cualquier otra consideración, y a observar cuándo es más fácil sentirlo. Es importante empezar por decidir un horario en el que ubicar las tareas que realizar. Ayudar al niño o al adolescente a empezar a trabajar a la hora convenida, haciéndole observar las ventajas y los aspectos positivos. Es decir, sugerirle modos de pensar en aquel momento preciso. Luego, hay que enseñarle a valorar las consecuencias a corto, medio y largo plazo, tanto positivas como negativas, de las diferentes opciones que tiene en aquel momento y a observar cuál de ellas le llevará, en aquel momento, a sentirse más satisfecho y mejor consigo mismo. Puede ser útil enseñarle al menor a que a menudo se haga a sí mismo la pregunta clave («¿Cómo te sientes?»), y no únicamente cuando esté estudiando o esforzándose en algo, que también debe hacerse, para poder responderse con la respuesta clave: «¡Bien y satisfecho!». Es, pues, del todo importante enseñar cómo desea sentirse, cómo conseguirlo, es decir, haciendo qué, cómo pensar y cómo no pensar en aquel preciso momento y evaluar las consecuencias de su propio comportamiento, principalmente las consecuencias emocionales, tanto a corto como a largo plazo. Por último, hay que enseñar (¿aprender nosotros también?) a modificar las ideas y creencias sobre el esfuerzo y la renuncia al beneficio inmediato. Se le puede enseñar que «tener que esforzarse no sólo no es un castigo o una maldición», sino que «es la oportunidad de hacer algo y así poder sentirse satisfecho».

Otros aspectos que mejorar

Ya hemos comentado en los Articulos anteriores la mayor parte de lo que debe ir en este apartado: la importancia y las ventajas de la práctica continuada de la relajación y de la respiración profunda. A ello hay que añadir todo lo relativo al Articulo dedicado al desarrollo de las habilidades cognitivas. En enseñar y, por tanto, en aprender y practicar hasta generalizar e interiorizar está la manera de mejorar el autocontrol emocional y el estilo cognitivo. Si a todo ello le añadimos lo expuesto en el Articulo sobre las habilidades de interacción ya sabemos qué y, principalmente, cómo enseñar y hacer practicar al menor para mejorar sus relaciones con los demás.

Posteriormente, para una mejor educación emocional, podemos y debemos enseñar al niño y al adolescente a ocuparse de los demás en el sentido indicado cuando hemos hecho referencia a los valores de respeto, tolerancia, empatia y honestidad, pero también de solidaridad, amistad y sentido de colectividad.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Subscribe